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Las rimas y juegos de dedos son una herramienta de aprendizaje muy importante en la pedagogía waldorf. Son recursos que utilizamos diariamente dentro del salón de clases para motivar a la acción, relajar, acompañar las rutinas, desarrollar el lenguaje, la motricidad, el pensamiento, la creatividad, … Las manos son el primer juguete con el que el niño se pasa ¡horas y horas jugando! y por ello les quiero compartir unos consejos para poder llevarlos acabo durante esta contingencia.
Unidad (espacio/tiempo):
La ronda (hacer varios juegos seguidos en corro) Elegir un tema que tenga sentido para el niño, normalmente se sigue el curso del año, con las estaciones y festividades ya que ayudan al niño a situarse en el tiempo y en el espacio.
Es importante observar qué está pasando en la naturaleza. ¿Empezaron a salir las hormigas? ¡Buen momento para incluirlas en la ronda!
Primero el gesto corporal y después el gesto hablado:
También se puede hacer al mismo tiempo, pero siempre intentando que la palabra no vaya antes que el gesto. El niño aprende haciendo, es por eso que primero hace y después piensa. ¿Cuántas veces repetimos “¡no hagas esto!” y hasta que no lo hace no lo aprende?.
Somos un modelo Calidad, claridad y veracidad en mis gestos y movimientos, así transformo el movimiento en algo vivo y significativo.
¿Cómo se mueve una gallina? ¿Y una mariposa? Tenemos que captar la esencia del movimiento de lo que hacemos para transmitir algo verdadero. Un oso se mueve lento, un zorro es astuto, un caracol lento.
Presencia y atención:
Estoy presente con todo mi ser, con mi atención abrazo invisiblemente al grupo entero.
No usar demasiados gestos:
Menos es más, mejor usar tres gestos, tranquilos y de calidad que muchos y deprisa. Con los pequeños es mejor que puedan hacerlo, esto les da seguridad, con los mayores se incluye algún gesto más difícil para que sea un desafío.
Repetir y repetir:
La repetición crea ritmo que ayuda al niño a familiarizarse con la ronda y eso crea seguridad y confianza. Cuando un niño sabe lo que viene se tranquiliza.
Las novedades poco a poco:
No incluir demasiadas cosas nuevas a la vez, ¡justo para mantener fresca la ronda!
Vivir la cada día:
Hacer la ronda como si cada día fuera la primera vez, ¡con alegría! Siempre la podemos hacer más viva y verdadera.
Observar:
Convertirnos en grandes observadores de la naturaleza. La observación será nuestra gran maestra, ¡tenemos que volver a ver el mundo con ojos de niño!
Recuerden que no solo los podemos utilizar en la ronda, se pueden implementar mientras se hace un cambio de ropa, se espera en la mesa a que sirvan la comida, cuando están muy inquietos, mientras se preparan las herramientas del jardín etc.
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