En la pedagogía Waldorf se acompaña con distintas celebraciones los ciclos de la naturaleza, las estaciones del año así como las celebraciones tradicionales del entorno.
La primera escuela Waldorf se fundó en Alemania donde es tradición que el 11 de noviembre, día de San Martín, todos los niños salgan a pasear con sus farolitos. Esta fiesta sigue vigente y se celebra en diferentes ambientes. Desde Alemania esta costumbre se trasladó a todas las escuelas Waldorf cuando comenzaron a abrirse en otros países.
Al llegar noviembre y adentrarnos en el otoño, la Tierra se prepara para descansar, las semillas se entierran para dormir y la luz del Sol cada vez nos acompaña menos horas. Es tiempo de recogimiento en el hogar, de introspección, de cuidar y cultivar nuestra luz interior y nuestro calor.
Es el momento de hacer crecer nuestra luz interior hasta que alcance su máximo esplendor con el equinoccio de invierno, momento a partir del cual, las horas de luz solar en la tierra comienzan a aumentar y nosotros podemos devolver al mundo nuestra luz en forma de altruismo y solidaridad con la llegada de la Navidad.
Este día, maestros, niños y padres, al atardecer, hacemos un pequeño paseo por el parque portando unos farolillos que previamente hemos elaborado en la escuela y cantando algunas canciones típicas de ésta fiesta.
Es una fiesta solemne, que invita al silencio y a mirar hacia nuestro interior.
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