El día de hoy les hablaré del juego libre exterior que es la más importante que realiza el niño en la escuela. A través de los años de mi experiencia personal y del equipo de Umai, hemos comprobado cómo el juego libre exterior mejora las capacidades en los niños, ya sea para organizar, sobrellevar sus emociones, sus destrezas matemáticas, sobrellevar el estrés y por supuesto en el desarrollo del lenguaje. Ciertamente, el ritmo frenético de las ciudades, y en especial la dinámica de la ciudad de Monterrey, repercute en la vida familiar y se traslada (quieran los padres o no) al niño en muchos de los casos. Estas observaciones se validan con investigaciones publicadas sobre el beneficio e impacto del juego libre exterior. Lo que aquí les contamos son nuestras apreciaciones de años de trabajo con los niños desde maternal y preescolar usando la pedagogía Waldorf.
Al principio, los niños por la edad que limita sus movimientos (1-2 años) inician con pequeños y simples movimientos corporales, que poco a poco se amplían; con el tiempo, el juego permite al niño desarrollar su imaginación, conocer su exterior, así como el saber expresarse y desarrollar su capacidad de socializar. De esta forma su maduración física, psicomotriz y emocional creando un vínculo y habilidades a través de sus propias experiencias.
Por lo que ESPACIOS DE JUEGO al aire libre, SON ESPACIOS DE FUTURO, ya que dándoles libertad para dominar el movimiento corporal, se da no solo un equilibrio y tacto delicado si no que se da el impulso y la fuerza que el niño necesita para el desarrollo de su creatividad, creando unas bases sólidas para desarrollar su capacidad intelectual, basada en sus experiencias y conscientes de sí mismos.
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